La energía eólica es una fuente de energía renovable que ha experimentado un crecimiento rápido en todo el mundo debido a sus numerosas ventajas. Una de las principales ventajas de la energía eólica es su capacidad para reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, la energía eólica ayuda a evitar 329 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono anualmente, lo que equivale a las emisiones de 71 millones de automóviles1. Además, la energía eólica solo aumenta marginalmente la variabilidad total del sistema de energía, ya que la mayoría de los cambios en la producción de energía eólica se cancelan con cambios opuestos en la demanda de electricidad u otras fuentes de suministro6.

Reducción de Emisiones y Conservación del Medio Ambiente

La energía eólica es una fuente de energía limpia e inagotable que reduce la emisión de gases de efecto invernadero y preserva el medio ambiente2. Según un estudio de 2015, si el 35% de la electricidad de los EE. UU. se generara con energía eólica para 2050, las emisiones de gases de efecto invernadero del sector eléctrico se reducirían en un 23%, eliminando 510 mil millones de kg de emisiones de CO2 anualmente5. Además, la energía eólica tiene un retorno de energía en la inversión (EROI) (energía entregada/energía invertida) de entre 18-20:1, lo que significa que la energía producida por la energía eólica supera con creces la energía invertida en su producción5.

Potencial de la Energía Eólica y Políticas de Apoyo

El potencial de la energía eólica es enorme. Por ejemplo, la energía eólica podría proporcionar 840,000 TWh de electricidad anualmente, lo que supera con creces el consumo total de electricidad global de todas las fuentes en 2019, que fue de aproximadamente 23,788 TWh5. Además, se ha encontrado que una turbina eólica típica reembolsa su huella de carbono en menos de seis meses y generará electricidad libre de emisiones durante el resto de su vida útil de 20 a 30 años6.

Las políticas que apoyan la energía eólica y otras energías renovables pueden abordar externalidades asociadas con la electricidad convencional, como los efectos en la salud por la contaminación, el daño ambiental por la extracción de recursos y el almacenamiento a largo plazo de residuos nucleares5. Algunas de estas políticas incluyen los Estándares de Cartera Renovable (RPS), que requieren que los proveedores de electricidad obtengan una fracción mínima de energía de recursos renovables, y las tarifas de alimentación, que establecen un precio mínimo por kWh pagado a los generadores de electricidad renovable por los distribuidores de electricidad minorista5.

En resumen, la energía eólica ofrece una serie de beneficios ambientales significativos, incluyendo la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la conservación del medio ambiente y el potencial para proporcionar una cantidad significativa de electricidad. Con el apoyo de políticas adecuadas, la energía eólica puede desempeñar un papel crucial en la transición hacia un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.